La clorosis en plantas se manifiesta por un amarillamiento progresivo de las hojas, que pierden su clorofila, lo que conduce a un debilitamiento de la planta afectada. Suele aparecer a finales de verano, pero puede estar presente todo el año en plantas de hoja perenne.
Esta ficha práctica explica cómo diagnosticar, prevenir y combatir la clorosis.
???? Clorosis en plantas: ¿Qué es y qué la causa?
Cuando una planta se ve afectada por la clorosis, sus hojas pierden gradualmente su color verde y adquieren un tono amarillo pálido. Según la especie y la intensidad de la clorosis, esta decoloración es más o menos grave y extensa.
Las causas que pueden impedir la síntesis de clorofila son numerosas y pueden ser más de una al mismo tiempo:
- Un suelo inadecuado para la planta en cuestión, por ser demasiado calcáreo, demasiado compacto o con estancamiento de humedad.
- Carencias de sales minerales, como el hierro o el manganeso (y también de zinc, magnesio, potasio y fósforo), o de nitrógeno. Estas deficiencias son raras en plena tierra, pero comunes en los cultivos en maceta.
El fósforo, el potasio y el nitrógeno son esenciales para el crecimiento y la fructificación de las plantas.
Las principales especies afectadas son:
- Plantas cultivadas en macetas, las primeras en ser atacadas;
- Plantas de brezo, rosales;
- Vides;
- Árboles o arbustos frutales (cítricos, perales, membrillos, melocotoneros…).
1 Diagnosticar la presencia de clorosis
Síntomas generales
- La decoloración comienza en el limbo, luego continúa hacia la punta antes de progresar hacia el pedúnculo, donde queda un poco de verde en forma de V.
- Las carencias múltiples sólo pueden identificarse con precisión mediante el análisis mineral de las hojas de varios meses.
- Las plantas afectadas por la clorosis se debilitan y crecen mal.
Síntomas de clorosis según la carencia
- Carencia de nitrógeno:
Toda la hoja se decolora, con las nervaduras incluso más pálidas que el limbo. - Carencia de fósforo:
Provoca la deformación de los frutos y el pardeamiento de las hojas. - Carencia de magnesio:
Hace que las hojas se vuelvan amarillas, luego marrones y se caigan. - Carencia de hierro (clorosis férrica) y zinc:
Son más notables en las hojas jóvenes, que no se desarrollan y cuyas nervaduras permanecen verdes.
Todo sobre la Clorosis Férrica 
Clorosis en los cítricos
- La carencia de nitrógeno puede producirse en un cultivo de maceta algo viejo que no ha recibido suficientes nutrientes (abono, etc.). En el caso de un cultivo al aire libre, es más probable que se deba a una enfermedad fúngica, la phytophthora, que afecta a la planta o plantas (enfermedad de la raíz, el tronco o las ramas).
- La carencia de zinc, que es frecuente en los brotes jóvenes, se nota por una decoloración de las superficies entre las nervaduras, que permanecen verdes, así como por una banda estrecha pegada a lo largo de estas nervaduras. Además, estas hojas son más pequeñas y se mantienen erguidas de forma característica.
- La carencia de manganeso se diferencia de la de zinc en que se mantiene el tamaño y la forma normales de las hojas.
2 Prevenir la Clorosis en Plantas
La síntesis de la clorofila, un proceso esencial en el desarrollo de las plantas, necesita luz, pero también oligoelementos (minerales en forma de sales minerales en pequeñas cantidades) y nitrógeno para funcionar correctamente.
Si las plantas se cultivan correctamente en plena tierra, no debería haber deficiencias y, por consiguiente, no debería haber clorosis.
Un suelo enriquecido regularmente con compost o con restos de plantas, y también rico en microorganismos, lombrices e insectos, favorece el buen crecimiento de las plantas. En el caso de los cultivos muy hambrientos, un abono orgánico completará estos aportes.
Un suelo demasiado calcáreo y compacto, así como un riego demasiado abundante con agua demasiado calcárea, dificultan la absorción de estos oligoelementos. Algunas plantas en particular, como las de brezo (hortensias, rododendros y azaleas o camelias…), no crecen en suelos calcáreos. Este es también el caso de los laureles cereza, los eleagnus, las weigelias…
Para este tipo de plantas, la adición de tierra de brezo no será suficiente para evitar la aparición de clorosis. Por lo tanto, puedes elegir entre:
- Elegir otras especies adaptadas a tu suelo;
- Plantarlas en un contenedor (o un volumen equivalente excavado y aislado en el suelo) lleno de tierra de brezo.
Para prevenir la aparición de clorosis :
- Es conveniente conocer la naturaleza del suelo que se cultiva. Para ello, puedes:
- Realizar tú mismo un análisis aproximado del suelo con un «kit de análisis» disponible en el mercado;
- Utilizar los servicios de un laboratorio.
- Averigua también los requisitos del suelo y las preferencias de las especies que quieres plantar.
- Algunas prefieren suelos ácidos y otras suelos calcáreos básicos.
La mayoría de las especies no toleran demasiada agua, lo que puede acabar cambiando las cualidades físicas y químicas del suelo. El suelo ya no podrá almacenar los nutrientes esenciales para el crecimiento de las plantas, cuyas hojas se volverán amarillas.
- No cultivar en terrenos mal drenados o inundados.
- Si tu suelo es demasiado arcilloso, añade arena de río y materia orgánica.
Cómo Analizar el suelo de tu Jardín 
3 Tratamiento de la clorosis en Plantas
Las deficiencias identificadas pueden remediarse añadiendo nutrientes al suelo o al sustrato, o pulverizando abono foliar. Aunque la administración de abono foliar produce un efecto corrector muy rápido, sólo debes utilizarlo como tratamiento adicional, ya que su acción no persiste y debe ir seguida de una fertilización de base que, por sí sola, será duradera.
Para combatir la carencia de hierro en suelos calcáreos
El tratamiento se realiza principalmente mediante la adición de quelatos de hierro. Los productos listos para usar, como el conocido Sequestrene, proporcionan un suministro gradual y prolongado de hierro rápidamente absorbible durante el periodo de crecimiento. Se debe aplicar de 3 a 4 veces al año.
Existen muchas «recetas de la abuela», ya que son menos costosas, que van desde el uso de agua con hierro oxidado hasta el sulfato de hierro. En el caso del sulfato de hierro, sin embargo, hay que tener cuidado de controlar la cantidad de hierro debido a su toxicidad en dosis elevadas.
Todo sobre la Clorosis Férrica y Como Curarla
Para las carencias de magnesio, potasio, fósforo, manganeso y nitrógeno
Puedes encontrar soluciones quelatadas (es decir, muy solubles y de rápida asimilación) en tiendas especializadas. Su único inconveniente es su precio, generalmente elevado.
Por ello, algunos prefieren añadir materia orgánica naturalmente rica en oligoelementos: harina de huesos de pescado pulverizada, polvo de huesos, polvo de sangre seca, etc.
Por último, si tu suelo es demasiado arcilloso y retiene demasiada agua, añade una buena dosis de arena de río y materia orgánica (compost, estiércol descompuesto….).
