Si hay algo con lo que debemos lidiar quienes amamos las plantas es con las plagas y pestes y si no nos ocupamos rápidamente de ellas, el caos es inevitable. Por ello, fumigar el jardín cuando notamos una plaga, se vuelve una tarea fundamental e importante.
¿Por qué es importante fumigar el jardín?
En primer lugar, no debemos olvidar, que todo es un ecosistema y existe una cadena; por ejemplo, si hay pulgones (además de destrozar nuestras plantas) aparecen las hormigas, dado que el pulgón deja una melaza en las hojas y tallos que las hormigas aman.
Si hay hormigas, evidentemente hacen hormigueros que muchas veces permanecen en el jardín, pero otras veces eligen trasladarse a las casas y hacen desastres en los cimientos y también suelen comerse el material impermeabilizante de los techos (membrana asfáltica).
En definitiva, empezamos con unos cuantos pulgones, pero ¡nunca sabemos dónde termina la cadena!
Recuerda que nuestro jardín, como cualquier otro ámbito que tiene naturaleza, es el hogar ideal para cientos de miles de insectos, hongos y resto de vida orgánica.
Muchas veces, tenemos la suerte de que prosperen otros organismos e insectos benéficos que nos ayuden a combatir a los que destruyen, pero otras veces no, y allí es donde nos toca intervenir si es que queremos tener sanas y libres de plagas y enfermedades a nuestras plantas.
Con qué fumigar las plantas y el césped
Podemos elegir hacerlo con recetas orgánicas y naturales, o decantarnos directamente por pesticidas e insecticidas fitosanitarios, siempre tratando de elegir aquellos que cuiden las normas y respeten lo más posible el ecosistema.
Si nuestro jardín es pequeñito o tenemos un balcón con unas pocas macetas, podemos utilizar un simple rociador de mano y tratar cada planta de manera individual.
Sin embargo, si tenemos un jardín muy grande con amplias extensiones de césped, serían conveniente para nosotros seleccionar alguna de las mejores fumigadoras eléctricas y pulverizadoras que existen en el mercado, de modo tal que nuestra labor sea más fácil y efectiva a la hora de terminar con una plaga de insectos o una enfermedad producida por hongos.
Ahora que ya sabemos porque es importante fumigar el jardín, pasemos a ver algunos consejos que nos ayudarán a hacerlo de la forma correcta.
Consejos para fumigar el jardín
A la hora de fumigar nuestro jardin, existen algunas pautas que nos ayudarán a lograr el éxito en el tratamiento de una plaga o enfermedad.
- Usa el producto adecuado para la plaga. Te aconsejamos que te informes antes de aplicar un producto fitosanitario. Para que el producto funcione es esencial identificar correctamente la plaga en el jardín o en el cultivo de la huerta.
- Utiliza una mezcla hecha en el momento. No guardes los productos ya mezclados con agua porque pierden su eficacia. Calcula bien el producto fitosanitario que vas a utilizar de modo que te alcance y no te sobre demasiado.
- No fumigues las plantas a pleno sol. Si se aplican productos fitosanitarios con un sol fuerte, puedes dañar las plantas tratadas.
El mejor momento para rociar y fumigar el jardín, es temprano en la mañana o al final de la tarde cuando el sol está más suave. Las gotas de agua pueden tener un efecto de lupa y quemar las hojas. - No utilices productos fitosanitarios que estén abiertos por más de dos años. Estos productos pierden su efectividad.
- Aplica los productos con un pulverizador adecuado. Esto hará que la aplicación de los sea más fácil, rápida y cómoda.
- No siempre es necesario fumigar las plantas. Te aconsejamos que no utilices un tratamiento fitosanitario cuando veas un insecto en sus plantas, hazlo cuando estos insectos estén dañando las plantas o sean una plaga.
- Alterna la materia activa. Es muy importante no utilizar siempre el mismo producto fitosanitario. Un porcentaje de los insectos tratados crean resistencia a los productos y se vuelven inmunes a las posteriores aplicaciones del mismo producto. Lee la etiqueta en busca de la composición del producto y tenla en cuenta al necesitar un próximo tratamiento.
- Limpia a fondo los pulverizadores utilizados. Después de la fumigación, recomendamos limpiar las mochilas o los pulverizadores con jabón natural. Enjuaga, haz mucha espuma y vuelve a enjuagar con abundante agua.
- Corregir el pH del agua. Con un pH correcto, los insecticidas, acaricidas o fungicidas duran mucho más en las plantas y son mucho más eficaces.
- No utilices la misma mochila o máquina de fumigación para herbicidas y productos fitosanitarios (insecticidas, acaricidas, fungicidas o fertilizantes foliares). Si la mochila o la máquina en la que hemos utilizado los herbicidas no se lava, el tratamiento posterior con productos sanitarios puede dañar el cultivo o la planta que queremos tratar.
- Repite el rociado. Después de 5 o 7 días es aconsejable repetir el tratamiento.
- Mojar bien la parte inferior de las hojas. Muchos insectos y ácaros están escondidos detrás de las hojas y, por lo tanto, recomendamos que pulverices muy bien estas áreas.
Y hasta aquí la nota de hoy, recuerda: