Sus orígenes montañosos le dan a la Saxifraga un pequeño tamaño combinado con una gran robustez y extrema finura, tanto en el delicado diseño de las hojas como en los tonos pastel de la floración.
Con unas 450 especies diferentes, el género Saxifraga, de la familia Saxifragaceae a la que pertenece y que le dio su nombre, es una de las más ricamente representadas entre las plantas alpinas y pequeñas, son plantas perennes, incluidas en el grupo de plantas suculentas, generalmente de follaje persistente.
Las saxifragas viven principalmente en las regiones de alta latitud en el Hemisferio Norte o en el Pacífico, en la zona alpina, donde crecen en las rocas, en matas. Algunas de ellas vienen de China o Japón, por lo que son más bien perennes de sotobosques.
Como muchos otros géneros, las saxifragas se clasifican en secciones, subsecciones y series.
La palabra saxifraga proviene del latín saxum, «roca» y frangere, «rotura».
A menudo se encuentran colgando de las rocas, capaz de asentarse en grietas por más mínimas que sean. A veces se les llama rompe piedras.
En el jardín, las saxifragas se aprecian tanto por su follaje como por su floración. Estas son pequeños plantas cónicas formando rosetas de hojas simples en una masa compacta, que penetran en grietas o se extienden sobre la superficie de las rocas, de las cuales se elevan
largos tallos florales.
Son muy diversas morfológicamente en términos de hábito y follaje, pero todas ellas ofrecen flores estrelladas que aparecen desde la primavera hasta el final del otoño, con tonos generalmente suaves y pálidos.
La mayoría de las especies se extienden a lo largo de los años y terminan formando una alfombra gruesa.
Fácil de cultivar, rústica, la mayoría de las especies se clasifican entre las plantas rocosas, pero no hay necesidad de embarcarse en grandes desarrollos para disfrutar de estas flores tan poco exigentes.
Ideales para vestir rápidamente un jardín de rocas o una pared baja, las saxifragas son buenas cobertoras a la sombra, donde otras plantas tienen dificultades para prosperar.
También se utilizan para delimitar callejuelas, bordear pequeños macizos de flores donde la vegetación permanece baja o entre piedras y adoquines.
Componen macetas o jardineras floridas muy bonitas, ya sea sola o en compañía de otras plantas bajas (campanilla, euforbia, onagra).
Podemos colocar saxifragas asiáticas en un macizo a la sombra, junto a pulmonarias, hostas enanas, vincas, heucheras o pequeños helechos. También se desempeñan muy bien en macetas, tanto en interior como en exterior.
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