Problemas de las plantas y sus soluciones
Todos los jardines, por muy cuidados que estén, albergan algún tipo de plagas y enfermedades, aunque las defensas naturales de las plantas suelen bastar para defenderse. Aun cuando sus defensas estén bajas, la mayoría de las plantas es capaz de tolerar algún daño y sobrevivirán a una agresión menor.
Algunas, sobre todas las frutas y verduras, son más propensas a las plagas y enfermedades y, aunque no mueran, su productividad se reducirá. Por otra parte, las plantas ornamentales casi nunca se ven afectadas seriamente.
La excepción se produce cuando un gran número de plantas susceptibles a las plagas se cultivan muy juntas, en un borde de rosales, por ejemplo, o en los invernaderos calurosos y húmedos.
Las plantas cultivadas en condiciones que no sean las adecuadas también tienen menos capacidad para resistir un ataque. Por ejemplo, la malva loca plantada en un terreno seco y pobre es más propensa a enfermedades por hongos que las que crecen con humedad.
A continuación, encontrarás la más completa información acerca de los problemas de las plantas y también todo sobre las soluciones que puedes aplicar.
Los problemas de las plantas: Guías de Identificación
Es normal que se produzca algún daño en el jardín. Pero solucionaremos los problemas si estamos atentos y evitamos cultivar plantas que no sean las adecuadas. Siempre que podamos, debemos pasear por el jardín y buscar algún problema: una acción rápida suele evitar la necesidad de medidas más programadas.
Las plantas poseen respuestas limitadas ante un ataque o una lesión y distintos problemas pueden producir síntomas muy similares, por lo que a menudo hace falta una investigación antes de realizar el diagnóstico. Además, para evitar el abuso de pesticidas, no hay que precipitarse en la conclusión.
A pesar de la cantidad potencial de problemas en las plantas, existen unos pocos responsables de la mayoría de los daños producidos en el jardín y la mayoría de los restantes necesitan un remedio similar.
A continuación, puedes acceder a las diferentes guías que preparado para identificar los distintos problemas que pueden tener nuestras plantas y las he dividido en la zona donde se ha identificado el síntoma, que pueden ser las hojas, los tallos, las flores, los frutos, los bulbos y raíces o directamente la planta completa.
¿Qué es una plaga?
Las plagas son animales que causan daños plantas cultivadas. Algunas, como las babosas, caracoles y conejos, son bien conocidas; pero la mayoría son invertebrados pequeños, como los ácaros, angilulas, cochinillas y milpiés, que son plagas de las plantas menos evidentes. El mayor grupo en esta categoría es el de los insectos.
Las plagas pueden dañar o destruir cualquier parte de la planta y, en algunos casos, la planta entera. Se alimentan de varias maneras: chupando savia, minando hojas, desfoliando un agujereando tallos, raíces o frutos.
A veces ocasionan desarrollos anormales, conocidos por agallas. Algunas plagas dañan las plantas de manera indirecta, extendiendo enfermedades víricas o fúngicas, mientras que otras las recubren con un excremento azucarado que estimula el desarrollo de monos tiznados.
¿Qué es una enfermedad?
Una enfermedad en las plantas es cualquier condición patológica ocasionada por otros organismos, como virus, bacterias u hongos. Las fúngicas son las más comunes, las bacterianas relativamente raras.
Los síntomas varían en cuanto a su apariencia y gravedad, pero el desarrollo y la salud de la planta casi siempre se ven afectadas y, en ataques severos, incluso pueden morir. La velocidad de la infección depende del clima y las condiciones de desarrollo.
En algunos casos, el organismo causante de enfermedades (patógenos) se difunde por un portador, como un pulgón. El patógeno a veces es visible bajo la forma de una decoloración, como en el caso de las royas. Los síntomas como decoloración, distorsión y marchitamiento son señales típicas de infestación.
¿Qué es un trastorno en las plantas?
Los trastornos de las plantas (también llamados desórdenes fisiológicos) están causados por deficiencias de nutrición o por condiciones de almacenamiento o desarrollo inadecuada.
Una temperatura, una alimentación o riego inadecuado o deficiente, poca luz o condiciones atmosféricas insatisfactorias pueden cebar a trastornos fisiológicos. También pueden causar problemas las deficiencias en sales minerales, esenciales para el buen desarrollo de la planta.
Tanto el tiempo, como las condiciones de cultivo o del suelo pueden afectar una gran gama de plantas. Los problemas se aprecian a través de síntomas como la decoloración de las hojas o el marchitamiento de los tallos.
Una planta que carece de agua, alimento o las condiciones ambientales adecuadas parecerá enfermas y estará mucho menos capacitada para resistir ataques de plagas o enfermedades fúngicas, víricas o bacterianas. A menos que los problemas se diagnostiquen y se traten correctamente, las plantas afectadas podrían morir.
Como evitar los problemas en las plantas
Además de la detección temprana de la que hablamos anteriormente, la incorporación de criaturas beneficiosas para el jardín es una medida bastante efectiva.
Sin embargo, una de las medidas de prevención más efectivas a la hora de evitar los problemas en las plantas, es mantenerlas sanas.
Las plantas estresadas son más propensas a las plagas y las enfermedades que las que presentan buena salud.
Para mantener las plantas en óptimo estado, hay que cultivarlas en condiciones adecuadas y asegurarnos que estén bien regadas y alimentadas. Hay que prestar especial atención a las plantas en macetas, especialmente vulnerables a la sequía, y eliminar cualquier tallo lastimado además de recoger las hojas muertas o enfermas del suelo.
Lograr un buen equilibrio
Para evitar acumular plagas y enfermedades, hay que procurar cultivar una gran variedad de plantas. Lo mejor es evitar cultivar muchas de la misma clase o las que no se dan bien en el jardín.
Si las hojas de la planta se vuelven amarillas, puede indicar falta de hierro o manganeso, lo que sucede cuando las plantas acidófilos se cultivan en suelos alcalinos. Asimismo, cultivar plantas de suelos húmedos en condiciones de sequía puede provocar la aparición de Mildiu pulverulento y una carencia en magnesio, mientras que cultivar plantas tolerantes a la sequía en suelos encharcados conduce a la podredumbre de las raíces y a plantas atrofiadas y moribundas.
¿Amigos o enemigos?
La mayoría de las pequeñas criaturas y hongos que encontramos en el jardín son inofensivos y muchos son de hecho beneficiosos, mejorando la fertilidad del suelo y alimentándose de los enemigos de nuestras plantas.
La cochinilla de la humedad, el ciempiés y el milpiés causan daños mínimos a las plantas y, al aspirar la materia muerta y en descomposición, aumenta la fertilidad del suelo.
Otros insectos, como las mariquitas y sus larvas comen grandes cantidades de áfidos chupadores de savia que pueden causar serios daños.
Aunque el aspecto de los hongos, líquenes y musgos no se agradable, juegan un papel fundamental en la descomposición de la materia orgánica, convirtiéndola en alimento para las plantas y el suelo.
Pero más allá de todas estas formas de prevención, una vez que las plagas o las enfermedades han aparecido, deberemos ocuparnos de ellas si lo que queremos es que nuestras plantas sobrevivan. Para esto existen diferentes métodos de control, que se dividen en tres grupos principales y de los que te cuento a continuación:
Control Biológico
El control biológico se refiere a la introducción deliberada de enemigos naturales de las plagas al jardín, como predadores, parásitos e incluso enfermedades.
En el interior del invernadero, donde las plagas pueden desarrollar una inmunidad a los químicos, a menudo es la única manera eficaz de controlarlas. En el entorno del jardín, donde las condiciones son menos controladas, muchas veces puede ser más difícil la inclusión y el control de los depredadores naturales.
Dentro de los métodos de control biológico podemos mencionar los controles de invernadero y los animales de jardín benéficos.
Para aprender más te invito a leer: Los animales benéficos para nuestras plantas
Control Orgánico
El control orgánico para el tratamiento de los problemas de las plantas utilizan métodos naturales para ayudar a que las plantas se recuperen y resistan a las plagas y enfermedades.
Estos métodos son hoy en día muy utilizados debido a que precisamente son orgánicos y no generan residuos en los suelos ni tampoco son tóxicos para las personas y la naturaleza.
Dentro del control orgánico, encontramos las trampas y los remedios naturales, el plantado de acompañamiento, la elección de plantas resistentes, la higiene del jardín y la rotación de cultivos.
Para aprender más te invito a leer: Control Orgánico de plagas y enfermedades y los animales benéficos para nuestras plantas
Control Químico
El control químico de las plagas y enfermedades, se refiere a la aplicación de compuestos sintéticos ya sea a las plantas propiamente dichas o el suelo.
Aunque tratamos siempre en la medida de lo posible de evitar el uso de pesticidas, fungicidas y herbicidas químicos, hay determinadas ocasiones, sobre todo en algunos problemas muy difíciles y recurrentes, donde puede que no tengamos otra alternativa.
En el ámbito del control químico encontramos los pesticidas y fungicidas Con diversas formulaciones químicas, pero recuerda que siempre deberás tener en cuenta la variable de la fitotoxicidad.