Como todas las plantas de interior, las orquídeas necesitan ser trasplantadas de vez en cuando, sobre todo cuando la tierra original de la maceta empieza a descomponerse, lo que ocurre unos 2 ó 3 años después del cultivo.
¿Cómo saber si debo trasplantar una orquídea? Un indicio de que hay que trasplantar es que notarás que los trozos de corteza de la tierra de la maceta empiezan a estar blandos al tacto. O que haya una verdadera proliferación de raíces aéreas en la base de la planta.
El mejor momento para trasplantar es justo antes o cuando la orquídea comienza un nuevo ciclo de crecimiento, normalmente a finales de invierno o principios de primavera. Sin embargo, si tu orquídea está en capullo o en floración en ese momento, retrasa el trasplante hasta después de la floración.
Recuerda: la reproducción de las orquídeas se produce usualmente en las varas de floración, por lo que es una buena idea observar si ha emitido nuevas plantas.
Veamos a continuación como trasplantar orquideas paso a paso y que necesitas para hacerlo correctamente.
Una tierra para macetas de orquídeas
El primer paso es conseguir un sustrato adecuado.
Muy pocas orquídeas pueden crecer en una tierra de maceta estándar: se necesita un sustrato para orquídeas, a menudo incluye en su contenido trozos de corteza, fibra de coco, musgo esfagno, perlita, bolas de arcilla, carbón vegetal, etc. El sustrato para orquídeas se puede encontrar en cualquier buen centro de jardinería, pero también en ferias de orquídeas y reuniones de sociedades de orquídeas y en Internet.
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A diferencia de muchas plantas, la orquídea no siempre necesita ser trasplantada a una maceta más grande, a menos que la maceta esté realmente llena de raíces, especialmente si se trata de una orquídea monopodial (de un solo tallo), como la muy popular phalaenopsis.
Como las orquídeas simpodiales (de varios tallos o pseudobulbos) se expanden horizontalmente a medida que envejecen, sí, puede ser necesaria una maceta más grande, a menos que prefieras dividir la planta, lo que también es posible.
Hay macetas diseñadas específicamente para las orquídeas.
Algunas son macetas ornamentales de cerámica con paredes perforadas con agujeros para aumentar la circulación del aire, pero hoy en día la opción más popular es la maceta de plástico transparente diseñada para servir como maceta de cultivo.
La idea es que puedas ver mejor el estado de las raíces cuando riegues la planta. Estas macetas suelen introducirse en jardineras más ornamentales. Sin embargo, si quieres cultivar tu orquídea en una maceta de plástico normal, también es adecuada.
Una pregunta que se hace bastante, es si ¿las raíces de las orquídeas hacen fotosíntesis?. La respuesta es que algunas si y otras no. Las orquídeas que tienen clorofila en las raíces, como las epífitas, si realizan procesos fotosintéticos a través de las raíces, pero las orquídeas que crecen en sustrato, como algunas orquídeas terrestres, lo hacen a través de sus hojas.
Si utilizas la misma maceta, límpiala bien antes de volver a utilizarla. Puede ser útil meterla en el lavavajillas, ¡sí, con la vajilla de todos los días! donde el calor la esterilizará adecuadamente.
Trasplantar una orquídea Phalaenopsis
Como la técnica de trasplante varía un poco según el tipo de orquídea, vamos a centrarnos aquí en la Phalaenopsis, que constituye aproximadamente el 95% de las orquídeas que se venden como plantas de interior.
- El día antes de trasplantar, riega la orquídea para que sea más fácil sacarla de su maceta. Sumerge también el nuevo sustrato en un recipiente con agua para que absorba algo de humedad. Deja que se escurra antes de empezar.
- Saca la orquídea de la maceta, con cuidado de no dañar las raíces.
- Con un palillo o con los dedos, retira toda la tierra vieja que puedas, y luego corta las raíces muertas, podridas o rotas con unas tijeras de podar (estarán marrones o blandas), desinfectando las tijeras de podar con alcohol isopropílico entre cada corte.
- Elimina también las hojas amarillentas y las varas secas de las flores. Puedes enjuagar las raíces con agua limpia para eliminar la suciedad.
- Añade un poco de sustrato húmedo en el fondo de la maceta (no es necesaria una capa de drenaje).
- Centra la planta en la maceta, quizá un poco más abajo que al principio, de modo que los tallos desnudos que hayan quedado del crecimiento de la planta a lo largo de los años queden ahora cubiertos por la tierra.
- Esparce las raíces uniformemente en la maceta, incluidas las raíces aéreas (las que crecían en el aire), que ahora puedes enterrar.
- Ahora añade el sustrato a través de las raíces, empujando y apisonando con los dedos o un palillo para que la planta quede bien asentada. Por último, rocía el sustrato con agua.
- Durante las primeras semanas, no te pases con el riego. A menudo basta con una pulverización diaria del suelo. Cuando veas signos de recuperación (normalmente después de 2 ó 3 semanas), reanuda el riego habitual;
- Puedes empezar a abonar la orquídea recién trasplantada después de un mes aproximadamente.
Y ya está: ¡así de sencillo es trasplantar una orquídea!
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