Multiplicar las plantas por división es una de las formas más sencillas para tener mas plantas a partir de una sola. La propagación por división se aplica a muchas plantas:
- Plantas herbáceas perennes que crecen en cepas compuestas por varias plantas de la misma cepa: flox, asters, margaritas salvajes, prímulas salvajes, anémonas…
- Las que crecen de bulbos (tulipanes, narcisos), tubérculos (dalias) o rizomas (iris).
- Plantas que emiten estolones, tallos rastreros en cuyos extremos se establece un nuevo cepellón idéntico al cepellón madre (plantas de fresa).
- Ciertos arbustos que se ramifican naturalmente (cornejos) o brotan espontáneamente ( zarzales).
A continuación veremos cómo multiplicar las plantas por división.
1 La temporada correcta para multiplicar las plantas por división
Teóricamente puedes propagar plantas perennes en todas las estaciones. Sin embargo, la mayoría se recuperará más rápidamente si las extraes y trasplantas durante la temporada de crecimiento en primavera. Este es particularmente el caso de los bambúes y otras hierbas, los helechos o el agapanthus.
Por otro lado, en las regiones secas, es mejor esperar el comienzo del otoño y las primeras lluvias. Lo mismo ocurre con las plantas bulbosas que florecen en verano, como la dalia.
Por ejemplo, dividirás una anémona japonesa en primavera o en octubre, mientras que el iris se multiplicará a finales de agosto. En cuanto a los cebollinos o ruibarbo en el huerto, es mejor dividirlos en la primavera.
Para las plantas con flores bienales, esto se hace en otoño.
2 Preparar la división
- Para multiplicar las plantas por división, primero levanta el cepellón con un tenedor de pala, por ejemplo, para retener el mayor número posible de raíces. Para ello, no dudes en cavar profundamente bajo el cepellón.
- En el caso de un gran cepellón, puedes mantenerlo en su lugar y tomar sólo una parte de su periferia.
- Si las raíces no son demasiado tupidas e intrincadas, retira el exceso de tierra golpeando el cepellón o sumergiéndolas en un recipiente de agua. Esto hará más fácil dividir las matas.
3 Dividir la masa
- Según la especie, se separan las partes situadas hacia el exterior del tocón simplemente tirando moderadamente a mano de las porciones a extraer, cuidando de preservar al máximo las raíces (en el caso de plantas pequeñas de raíces finas como las prímulas silvestres, las campanillas, los claveles, etc.).
- Para otras, más fuertemente unidas o en matas extendidas (delphinium, lupin, nomeolvides), para tubérculos (dalia) o rizomas (iris), usa una herramienta afilada: navaja, trasplantador, cuchilla, etc…
- Para un grupo demasiado grande y fuertemente aferrado, coloca dos palas en el medio, espalda contra espalda, y levanta una haciendo palanca en la otra.
4 Selecciona los tallos para multiplicar las plantas por división
- Recoge varias porciones del cepellón.
- Selecciona los de la orilla que sean más vigorosos.
- Elimina los más antiguos del centro, para evitar cualquier riesgo de degeneración.
- Coloca estas nuevas plantas seleccionadas relativamente rápido en un suelo que hayas preparado de antemano.
- Riégalas copiosamente para compactar el suelo y hacer que se adhiera a las raíces.
Nota: cada porción a plantar debe tener al menos dos o tres brotes en buen estado.
5 Casos especiales: bulbos (o cebollas)
La multiplicación espontánea de las plantas bulbosas tiene lugar de varias formas:
- La formación de pequeños bulbos en la base del principal (como es el caso del tulipán, narciso…);
- La división del bulbo principal en bulbillos (como por ejemplo en el echalote);
- La división en cormos superpuestos (el gladiolo, el azafrán).
Los bulbos de las plantas que florecen en primavera maduran en verano. Se separará y trasplantará el más grande en otoño (caso de los tulipanes, jacintos…).
Las plantas que florecen en verano maduran en otoño. Se dividirán y volverán a plantar antes de se produzcan las primeras heladas en noviembre(gladiolos, etc.) (recuerda que siempre hablamos del hemisferio norte)
Para dividir los bulbos :
- Desentierra los bulbos con un tenedor de pala.
- Separa los bulbos, bulbillos, o cormos del bulbo madre.
- Mantén sólo los más grandes.
- Cava un hoyo de plantación de 2 o 3 veces la altura del bulbo.
- Planta los bulbos apuntando hacia arriba.
- Apisona bien la tierra.
6 Casos especiales: plantas de estolones
Los estolones son tallos rastreros que eventualmente desarrollan raíces. Pueden ser separados de la planta madre para producir una nueva planta. Un ejemplo típico es la fresa.
- Cuando veas que la planta hija está bien enraizada en el suelo y empieza a crecer, corta el estolón que la une a la planta madre con un cuchillo o una pala limpia y afilada.
- A continuación, tienes la opción de elegir entre:
- Dejar que crezca en su lugar;
- Trasplantarla a otro lugar antes de que crezca demasiado.
- Cuando la plántula comience a crecer al final del estolón, colócala en un recipiente lleno de tierra húmeda para arraigarla.
- Una vez hecho esto y cortado el estolón, tienes una nueva planta lista para ser trasplantada al lugar elegido. Si no es un buen momento para colocar la nueva planta en su ubicación final, colócala en un vivero.
Nota: cuando el proceso se repite en cada nueva plántula, las plantas resultantes acabarán por degenerarse. Selecciona los estolones de las mejores plantas y elimina otros que debiliten innecesariamente la planta madre.
7 Casos especiales: plantas que emiten retoños
Los retoños son nuevos brotes producidos a partir de las raíces de ciertos arbustos, árboles y plantas. Ejemplos bien conocidos son el manzano, el cerezo, el cornejo, la frambuesa, la rosa
- Cuando descubras que estos brotes tienen suficientes raíces (un año para un árbol o arbusto), sepáralos cortando la raíz que los conecta a la planta madre lo más cerca posible con una pala.
- A continuación, tienes la opción de elegir entre:
- Dejarlos en su lugar, para reemplazar un árbol que es demasiado viejo, por ejemplo;
- Trasplantarlos durante el período de latencia (después de que las hojas se hayan caído).
Aprovecha la división para colocar tus nuevas plantas en un suelo limpio y bien compostado.
Puedes intentar recuperar las plantas que han sido dañadas durante la intervención trasplantándolas y cuidándolas en el invernadero primero.