Cuando hemos tenido la suerte de comprar o rentar un terreno muy amplio y amamos las plantas y el diseño, nos encontramos con un gran desafío: EL MANTENIMIENTO DE GRANDES JARDINES.
Hacer hincapié en la belleza de un jardín enorme, está de más, porque todos vemos lo hermosos y funcionales que pueden ser, el verdadero quid de la cuestión es cómo mantenerlo en buen estado y precioso como el primer día a medida que pasan las estaciones.
Que incluye el mantenimiento de grandes jardines
Un jardín en general (salvo que tengamos solo un pequeño balcón o terraza), tiene una amplia lista de tareas (o to-do) que debemos completar, algunas durante todo el año y otras en alguna estación en particular.
Obviamente esta lista dependerá del tipo de plantas que tengas en tu jardín, pero básicamente se podrían enumerar de la siguiente manera
Lista de Tareas para mantener un Jardín
- Cortar el césped y los bordes.
- Aplicar fertilizantes.
- Eliminar las malas hierbas, ya sea arrancándolas o colocando productos de mayor alcance.
- Controlar las plagas – insectos – enfermedades.
- Airear o desobstruir el césped.
- Mantener y/o reparar los sistemas de riego.
- Podar arbustos, árboles o setos.
- Agregar nuevas plantas o resembrar tanto anuales como el mismo césped.
- Acolchar.
- Limpiar y desplazar el resultado de esa limpieza.
Y si hablamos del mantenimiento de grandes jardines, la lista podría seguir, si por ejemplo, tienes en tu jardín pérgolas que hay que re-barnizar, muebles que hay que acondicionar o estanques que tienen otra larga lista de tareas adicionales.
Cuando contratar un profesional para el jardín
Leer la lista de tareas del anterior apartado, puede resultar abrumante, sin embargo, no siempre precisamos invertir mucho dinero en otro profesional del jardín. O para ser más precisos, tal vez debamos contratar a alguien solo para ciertas tareas y otras, podemos hacerlas nosotros mismos.
Para saber cuándo debemos contratar a un profesional o a una empresa de mantenimiento de grandes jardines, te recomiendo hacerte las siguientes preguntas:
- ¿Deseas delegar toda la responsabilidad a otra persona y que no te quede nada por hacer, excepto mirar y disfrutar de tu jardín?
- Te encanta trabajar en el jardín, pero… ¿tienes la salud y el estado físico para ocuparte de todo?
- ¿Qué tan grande es tu jardín y qué tan ocupada es tu vida? ¿Tienes el tiempo suficiente para completar la lista de tareas?
- ¿Tienes todo el equipo y las herramientas que necesitas para hacer tu mismo todo el mantenimiento?
- Y finalmente… ¿Puedes quedar suficientemente satisfecho o satisfecha con el resultado final cuando lo haces tú? Dicho de otra manera, ¿tiene dedos verdes para todo, o sería mejor que centraras tu atención en solo algunas áreas? ¡No sientas vergüenza en identificar las áreas que no se te dan bien y llamar a un experto!
Los cuatro planteamientos anteriores son básicos para decidir si queremos empezar a buscar un buen profesional entre las empresas de mantenimiento que se encuentran en nuestra ciudad o alrededores.
Decidiendo quien hace cada cosa
RECUERDA: No es necesario que dejes de pasar tiempo arreglando tus plantas, de lo que se trata aquí es de que todo sea lo más placentero posible, no pases por alto el hecho de que tu propia salud es tan importante como la de tu jardín y ¡debe ser un factor en tu decisión!
Por eso, si ya has decidido que no puedes con todo, enumera que cosas sientes que puedes hacer y que además disfrutas y cuáles no.
Por ejemplo, podar los árboles, los setos o cortar el césped y bordear suelen ser tareas que la mayoría delegaría con gusto.
Sin embargo, plantar macizos, agregar fertilizantes y acolchados o eliminar flores secas, puede ser algo que hacemos con muchísimo gusto y que, de hecho, ¡es terapéutico!
A medida que reflexiones sobre estas cuestiones, considera algo más que las tareas en sí. Piensa en la inversión combinada de tiempo, energía y dinero para lograr cada uno de ellas.
Todas estas preguntas y comentarios acerca del mantenimiento de grandes jardines, te ayudarán a tener una mejor idea, más real, del dinero, el tiempo y la energía que requiere ocuparte tú mismo/a de todo.
Esta es la única manera de ver si vale o no la pena pagar a otra persona.
¡Tómate el tiempo para saber lo que quieres y necesitas!
