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Aunque no tengas un jardín o un balcón, la técnica de germinación de semillas te permite cultivar plantas muy nutritivas en el interior de casa, que mejorarán tus ensaladas y diversos platos. Se necesita muy poco equipo para iniciar la aventura de germinar semillas para comer.
Para germinar tus semillas, puedes utilizar 3 recipientes diferentes:
- Puedes empezar con los medios al límite, sin comprar nada. Sólo necesitas un frasco, un trozo de muselina u otra tela fina y una goma elástica.
- O con frascos de germinación, que son una sencilla variación del germinador casero descrito anteriormente. Su única ventaja es que tienen un sistema que permite inclinar la jarra.
- Por último, puedes invertir en un germinador específicamente diseñado para este fin.
Esta práctica ficha te indica todo lo que necesitas para germinar semillas para comer.
1 Elige tus semillas
Cualidades nutricionales de las semillas
Las semillas contienen muchos nutrientes de alta calidad nutricional, que el proceso de germinación multiplica de forma acelerada. Las semillas germinadas se convierten así, en un pequeño volumen, en verdaderos concentrados de nutrientes beneficiosos para tu salud y vitalidad.
Son especialmente ricas en:
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- Minerales;
- Oligo-elementos;
- Vitaminas (especialmente la C y la B, pero también la A, la E y la P);
- Proteínas de excelente calidad, que contienen todos los aminoácidos esenciales;
- Ácidos grasos esenciales (protectores del sistema cardiovascular);
- Enzimas (que hacen que las semillas germinadas sean muy digeribles)
Las semillas germinadas también tienen un papel beneficioso sobre la flora intestinal y un reconocido poder antioxidante, valioso en la lucha contra los radicales libres.
Germinar semillas para comer ¿Cuáles?
La variedad de semillas que se pueden germinar para el consumo alimentario es muy amplia. Las principales, pero no las únicas, son las siguientes:
- Semillas de cereales: trigo, cebada, avena, espelta, centeno…
- Semillas de leguminosas: lentejas, judías mungo (todavía llamadas soja verde), alfalfa…
- Semillas de cultivos oleaginosos: girasol, sésamo…
- Semillas de hortalizas y hierbas: rábano, zanahoria, brócoli, hinojo, albahaca, perejil…
Todas estas semillas, sin tratar y de cultivo ecológico, se pueden encontrar sin dificultad en las tiendas ecológicas.
Cada variedad de semillas germinadas se caracteriza por unas aportaciones nutricionales particulares y un sabor diferente. Por ejemplo:
- Los brotes de trigo tienen un sabor ligeramente dulce y son ricos en hidratos de carbono, vitaminas B, C y E, calcio, magnesio, hierro, potasio y zinc.
- Los germinados de alfalfa (o sorgo) tienen un sabor ligero y fresco y una composición nutricional especialmente completa: alto contenido en vitaminas A, B y C, calcio, magnesio, hierro y fósforo, proteínas y antioxidantes.
2 Remojar las semillas
Inicio
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- Antes de la germinación, pon las semillas en remojo en agua a temperatura ambiente. La finalidad de este remojo es sacar las semillas de su estado de letargo.
- La duración del remojo varía según el tamaño y la dureza de las semillas: por regla general, remoja una noche las semillas pequeñas y dos noches (o más) las grandes.
- Cuando el remojo sea de dos o más días, cambia el agua de remojo a diario con la ayuda de un colador.
Caso 1: en un simple frasco
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- Coloca una cucharada de semillas en el fondo del frasco.
- Cubre las semillas con agua.
- Cubre el tarro con la muselina sujeta por la goma elástica.
- Deja las semillas en remojo toda la noche o más tiempo según la semilla.
- Vacía las semillas en un colador y enjuágalas con agua.
Caso 2: en un germinador
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- En dos vasos de agua, pon en remojo 2 variedades diferentes de semillas durante toda la noche o más (1 cucharada de semillas por vaso)
- Enjuaga bien las semillas.
3 Haz brotar las semillas
Inicio
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- Mantén las semillas fuera del agua, pero en una atmósfera húmeda.
- Para ello, aclara 2-3 veces al día las semillas con agua a temperatura ambiente y luego ponlas a escurrir a la luz, pero lejos de la luz solar demasiado directa.
- Al cabo de unos días (de 2 a 3 según la semilla), aparece el germen. Unos días más tarde, aparecen hojas diminutas a su vez.
Caso 1: germinación en un simple frasco
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- Vuelve a poner las semillas en el tarro después de haberlas enjuagado, vuelve a poner la muselina y el elástico.
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- Para distribuir mejor las semillas a lo largo de la pared del tarro y evitar que se enmohezcan, mantén el tarro inclinado, por ejemplo en un escurridor, con el lado cubierto de muselina hacia abajo (ver diagrama).
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- Inicia el proceso de enjuague y escurrido dos veces al día, o incluso 3 veces al día si hace mucho calor (para evitar el moho)
Caso 2: germinación en un germinador
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- Coloca las semillas en cada una de las dos bandejas de germinación.
- Coloca estas dos bandejas en la bandeja de goteo y ciérrala con la tapa.
- Dos veces al día, enjuaga las bandejas de germinación con la tapa, pasándolas todas bajo el agua del grifo.
- Coloca las bandejas en el escurridor durante unos 20 minutos.
- A continuación, coloca las bandejas de forma escalonada.
- Repite las operaciones de lavado y escurrido durante varios días hasta que las semillas germinen.
4 Prepara las semillas germinadas antes de consumirlas
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- Comprueba que tus semillas germinadas huelen bien: en el caso (raro) de que huelan a humedad, es que han germinado en condiciones de calor o humedad incorrectas. Entonces no queda más remedio que tirarlas.
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- En cualquier caso, aclara bien tus semillas germinadas una última vez antes de comerlas.
- A priori, todo es comestible en una semilla germinada, incluida la raíz.
Por otro lado, puedes preferir deshacerte de las pequeñas pieles de algunas semillas (judías mungo, girasol…).
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- Coloca las semillas germinadas en un recipiente lleno de agua y mézclalas bien: la mayoría de las pieles subirán a la superficie y se podrán retirar fácilmente.
5 Comer semillas germinadas
Las semillas germinadas se suelen consumir crudas, que es lo que mejor conserva sus cualidades nutritivas, pero a veces se pueden cocinar.
En cualquier caso, juega con el sabor de las distintas semillas germinadas para aportar nuevos sabores a tus platos.
Consume semillas germinadas crudas
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- Añade semillas germinadas crudas a tus ensaladas: es la forma más fácil y habitual de consumirlas.
- Incluye semillas crudas germinadas en tus bocadillos.
- Espárcelas en tus sopas.
- Decora los sándwiches de queso fresco y los canapés de aperitivo con semillas crudas.
- Decora tus platos, como usarías la ensalada como decoración.
Consume las semillas germinadas cocidas
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- Las semillas de algunas legumbres (como las judías mungo, los garbanzos, los guisantes y las alubias) son más digeribles cuando se cocinan. No hay nada que te impida cocinar también otras semillas germinadas, como las de los cereales, el trigo en particular.
- Para cocer las semillas germinadas, escáldalas durante dos minutos en agua hirviendo..
- Incorpora tus semillas germinadas cocinadas en verduras fritas, tortillas, rollitos de primavera….
Materiales necesarios para germinar semillas y comerlas
Frasco con tapa
Bandas Estáticas
Germinador
De 8 a 16 euros
Paño de microfibra
4 € aprox.
Colador de tamiz
